El aumento de los resfriados durante el otoño y el invierno es un fenómeno que todos los
años experimentamos. Pese a que el frío no causa directamente los resfriados, sí influye
en varios factores que favorecen la propagación de los microorganismos que causan estos
catarros. Por ejemplo, pasamos más tiempo en espacios cerrados, lo que aumenta la
probabilidad de estar en contacto con otras personas acatarradas y facilita la transmisión
de los virus. Además, los ambientes cálidos y el uso de la calefacción en interiores reducen
la humedad del aire, lo que reseca las mucosas nasales y las vías respiratorias. Esto
debilita nuestras barreras naturales y facilita que los virus penetren más fácilmente en
nuestro organismo.
Nuestro sistema inmunitario juega un papel esencial ya que nos protege frente a
resfriados y catarros. Por ello, es importante mantenerlo en buenas condiciones,
especialmente durante esta época. Una dieta variada, equilibrada y saludable, con un
consumo predominante de alimentos de origen vegetal, como las frutas, verduras y
hortalizas, es fundamental para mantener un sistema inmunitario fuerte.
Los cítricos como la naranja, la mandarina, el limón y el pomelo son alimentos
saludables y muy completos, con una composición nutricional muy interesante. Estas
frutas destacan por su contenido de fibra y micronutrientes, en concreto, la vitamina C.
De acuerdo con la evidencia científica, la vitamina C contribuye al funcionamiento
normal del sistema inmunitario y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga (Reglamento2
(UE) Nº 432/2012), lo que resulta muy útil cuando nos encontramos inmersos en pleno
estado gripal.
La naranja, la mandarina, el limón y el pomelo contienen entre 50,0 – 56,2 mg de vitamina
C/100 g (naranja); 26,7 – 36,0 mg de vitamina C/100 g (mandarina); 49 – 53 mg de
vitamina C/100 g (limón); y 31,2 – 47,3 mg de vitamina C/100 g (pomelo). Estas frutas
son fuente de vitamina C al contener cantidades superiores al valor mínimo (12 mg/100
g) establecido en la normativa europea vigente para el uso de esta declaración nutricional
en el etiquetado, presentación y/o publicidad de los alimentos (Reglamento (CE) Nº
1924/2006; Reglamento (UE) Nº 1169/2011).
En conclusión, el consumo regular de cítricos, dentro del contexto de una dieta
variada y equilibrada, como la Dieta Mediterránea, puede promover el mantenimiento
de un adecuado estado de nuestro sistema inmunitario, lo que resulta muy interesante
durante la “época de los resfriados”.