- Intercitrus ya calificó de” operación estética”, de cara a Bruselas, la decisión sudafricana de suspender, desde el 15 de septiembre, la exportación de naranjas desde áreas declaradas con esta enfermedad: vistos los datos de octubre o el hongo está también presente en las áreas supuestamente libres o, sencillamente, sus operadores no cumplen su propia normativa.
- Con los datos hasta octubre, el país austral ha batido su propio récord y ya acumula en esta campaña 51 interceptaciones a causa de esta enfermedad, lo que consolida una media anual “inaceptable” de más de 40. La interprofesional exige, ante el caos acreditado en el control de este hongo, que en la próxima campaña la UE suspenda unilateralmente las exportaciones a partir del quinto rechazo.
- Intercitrus recuerda a la Comisión Europea que Sudáfrica tampoco cumple con el tratamiento de frío obligatorio en naranjas para evitar la ‘Falsa polilla’ y que es necesario ampliarlo a mandarinas y pomelos porque también son hospedadores de la plaga y se está detectando en partidas importadas.
Intercitrus advirtió por carta el pasado 3 de octubre a la Comisión Europea (CE) que Sudáfrica llevaba camino de alcanzar “cifras récord de interceptaciones” en puertos europeos por cítricos afectados por plagas o enfermedades cuya lucha está regulada como ‘prioritaria’ por la UE, como es el caso de la ‘Mancha negra’ (CBS). Y efectivamente, a falta de contabilizar el mes de noviembre, los datos oficiales del portal Europhyt-Traces confirman que así ha sido y que hasta octubre han sido detectadas hasta 51 partidas sudafricanas afectadas por este hongo, lo que supone ya la mayor cifra de su historia. Es más, de los 13 rechazos registrados en este último mes, 12 se produjeron en naranjas, algo teóricamente imposible puesto que, en virtud de la decisión adoptada por los exportadores de este país y asumida por sus autoridades, desde el 15 septiembre sólo podían partir hacia la UE naranjas producidas en zonas sudafricanas declaradas como ‘exentas’ de esta enfermedad. Intercitrus, que ya calificó esta medida de operación “meramente estética”, confirma así la “nula credibilidad” de las autoridades sudafricanas en materia de sanidad vegetal: o bien sus operadores han incumplido la propia normativa que se autoimpusieron y siguieron remitiendo naranjas de zonas declaradas con la enfermedad (las del Cabo Oriental), o bien la ‘Mancha negra’ está extendida también por zonas oficialmente reconocidas como exentas. Así lo advierte la presidenta de la interprofesional, Inmaculada Sanfeliu, quien reclama por todo ello que para la próxima campaña y “ante el caos acreditado durante los últimos tres años en el control de esta enfermedad, la CE imponga el cierre automático de las importaciones de cítricos sudafricanas a partir de registrarse el quinto rechazo”.
Los problemas sudafricanos con el control del CBS, como se aprecia en el gráfico adjunto, no son algo coyuntural. En las últimas tres campañas, la media anual consolidada al final de la temporada de importaciones del hemisferio sur, ya se sitúa por encima de 40 rechazos por tal motivo. Una cantidad que supera con creces los peores registros medios acumulados por este país entre 2012 y 2014 y que ya motivaron en ese último año que el ejecutivo comunitario decidiera unilateralmente suspender las importaciones procedentes de ese país (aunque lo hiciera, simbólicamente, en noviembre de ese año, cuando ya se había concluido su temporada de envíos). Entonces, en uno de los considerandos del reglamento específico comunitario para regular las condiciones de importación referidas a esta enfermedad, la propia Comisión propuso que actuaría suspendiendo automáticamente las importaciones a partir de la quinta interceptación. Aunque, finalmente, este criterio fue retirado, Intercitrus insiste en recuperarlo ahora.
En abril de 2022, la Comisión reforzó las medidas de control a las importaciones de países con problemas de CBS, como Sudáfrica; en septiembre de ese mismo año funcionarios de la DG SANTE ya se desplazaron a aquel país para llevar a cabo una auditoría in situ, en la que se detectaron algunas anomalías importantes que las autoridades sudafricanas se comprometieron a subsanar; en septiembre de este año –por séptima vez en los últimos 11 años- se produjo otro anuncio más sobre la suspensión unilateral de envíos desde zonas declaradas con ‘Mancha negra’, que ahora se ha demostrado –como ya había ocurrido otros tantos años- del todo ineficaz. Nada ha servido para frenar la amenaza de esta plaga, un hongo que está acreditado que se adapta al clima Mediterráneo y que provoca tales manchas en la piel de los cítricos que los inhabilita para ser comercializados en fresco. Es más, Sudáfrica –lejos de corregir sus deficiencias- ha amenazado con llevar a la UE a la Organización Mundial del Comercio (OMC), como ya lo ha hecho en el caso de la ‘Falsa polilla’. “Nada funciona con los sudafricanos. Si la UE quiere tomarse en serio la sanidad vegetal debe hacerse respetar e imponer un criterio objetivo, como es el de paralizar las importaciones a partir del quinto rechazo”, concluye Sanfeliu.
La situación con otros dos patógenos cuyo combate y vigilancia están regulados también como ‘prioritarios’ por la UE –que por su mayor impacto económico, ambiental y social se sitúan en el top-20 de las plagas y enfermedades más graves- no es menos preocupante y así lo reflejó ya Intercitrus en la referida carta del 3 de octubre. De un lado, la interprofesional trasladó el incumplimiento de Sudáfrica de las condiciones reguladas en 2022 para someter a las naranjas procedentes de países afectados por ‘Falsa polilla’ a un tratamiento de frío y por ello reclamó y propuso medidas concretas para verificar sistemáticamente su cumplimiento en cada uno de los envíos. A ello cabría sumar las detecciones confirmadas también este año para esta misma plaga en mandarinas y pomelos procedentes de la propia Sudáfrica (3) así como de Israel (1), lo que a juicio de la interprofesional vendría a acreditar la necesidad de extender el cold treatment a todas las especies que, como las citadas, está acreditado que son hospedantes de larvas de este insecto. Del otro, se puso el acento en la “alarmante noticia de la detección del insecto Diaphorina Citri en Chipre, en territorio comunitario pues se trata del vector trasmisor del HLB más peligroso, porque transmite la variante asiática (considerada la enfermedad citrícola más devastadora y frente a la que no hay cura conocida), se adapta mejor al clima mediterráneo (debido a que tolera un rango mayor de temperaturas que otros vectores transmisores como Trioza Erytreae), es más difícil de detectar y se desarrolla muy favorablemente en el patrón citrícola Citrange carrizo, que es mayoritariamente usado en el Mediterráneo”.