- La interprofesional advierte que el riesgo de entrada de la ‘Falsa polilla’ y de la ‘Mancha negra’ es “inasumible”, que si no se actúa ahora y se avanza en materia de reciprocidad en “tres años la situación generada por las plagas se hará irreversible” y se acelerará el abandono de campos.
- Los eurodiputados se comprometieron a promover iniciativas políticas y dar “visibilidad” al grave problema e hicieron suyos los argumentos del sector citrícola español, de cuyo futuro dependen el doble de personas (280.000) que las que trabajan, por ejemplo, en Sudáfrica (140.000).
- Hoy (y ayer) vuelve a reunirse el Comité Permanente Fitosanitario para debatir las medidas a tomar, pero Intercitrus teme que el debate técnico se alargue y que se vea contaminado de otros intereses “geopolíticos” de algunos Estados miembro o vinculados con otras políticas comunes de la UE, como la comercial o la de cooperación al desarrollo.
Intercitrus se reunió el miércoles con eurodiputados españoles para consolidar un grupo de presión en Bruselas que fuerce a la Comisión (CE) a que imponga un cold treatment en tránsito a las importaciones europeas de cítricos para prevenir así la muy probable llegada de ciertas plagas, fundamentalmente de la Thaumatotibia leucotreta. La también llamada ‘Falsa polilla’ es considerada por la UE como una plaga cuarentenaria cuya lucha es “prioritaria” que –junto a otras de igual condición, como la B. dorsalis o B. zonata– representa un grave riesgo fitosanitario, económico y medioambiental para la citricultura europea. A los cítricos españoles se les impone un cold treatment obligatorio, sin elección y sin posible contestación, para poder exportar a cualquier mercado del mundo que produzca cítricos. Paradójicamente, ningún país tercero aplica tratamiento de frío al exportar a la UE pero cuando se trata de otros grandes mercados como EEUU, China o Japón -entre otros- esos mismos grandes proveedores de Europa, como la propia Sudáfrica, sí acceden a hacerlo. La cita con los eurodiputados se produjo la víspera de que el Comité Permanente Fitosanitario (SCOPAFF) debata, los días 16 y 17 de diciembre y por tercer mes consecutivo, las medidas a aplicar para responder al récord de interceptaciones de patógenos foráneos en importaciones de países no comunitarios, más de 200 hasta el 6 de diciembre, el 58% en cítricos de Sudáfrica y de Zimbabue. Los eurodiputados presentes hicieron suyos los argumentos del sector citrícola, se comprometieron a dar “visibilidad” al problema en Bruselas y a buscar alianzas políticas entre los Estados miembros del sur, también afectados por estas plagas, para forzar así a la CE a tomar medidas en la dirección apuntada.
Junto a ello, se plantearon otras actuaciones para avanzar en materia de reciprocidad y para el establecimiento de protocolos más rigurosos con los que frenar la amenaza de un segundo patógeno foráneo cuyo riesgo de establecimiento en las plantaciones europeas es igualmente “inasumible”, la ‘Mancha negra’ (Citrus Black Spot, CBS). Fue ésta solo la primera cita de un conjunto de encuentros con más miembros de la cámara europea, que se celebrarán a primeros del próximo año. Intercitrus expresó su temor de que el debate a este respecto, que es estrictamente técnico y definido por los informes científicos de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), se prolongue durante demasiado tiempo y se vea contaminado por los “intereses geopolíticos y comerciales” de los países del norte de la UE –cuyo negocio es portuario y de importación, reempaquetado y distribución- o que entren en juego circunstancias también ajenas al ámbito fitosanitario, como la propia política comunitaria comercial o de cooperación al desarrollo.
En la primera reunión telemática con miembros del Legislativo europeo participaron congresistas procedentes de todas las zonas citrícolas españolas (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía), varios de ellos miembros de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural así como de la de Comercio. Por citar algunos, estuvo Inmaculada Rodríguez Piñeiro (PSOE); Juan Ignacio Zoido (PP), Mazaly Aguilar (Vox) o Marcos Ros Sempere (C’s). Por parte de la interprofesional, acudió su presidenta, Inmaculada Sanfeliu (CGC, Comercio privado), así como Cristóbal Aguado (ASAJA, Colegio de la Producción) y Enrique Bellés (Cooperativas Agroalimentarias). Así, entre las iniciativas a corto plazo planteadas, más allá de otras de carácter político, se estudiará organizar una exposición fotográfica en la sede de la propia Comisión en Bruselas o en sus proximidades, que exhiba los daños que sobre el fruto y las plantaciones están provocando algunas de las 16 plagas foráneas introducidas desde comienzos de este siglo, como el llamado ‘Cotonet de Sudáfrica’ o la Trioza erytreae (vector del HLB), así como los que provocarían otras tantas que amenazan con hacerlo, como las ya citadas.
Sanfeliu insistió en que el riesgo de que estas plagas se instalen “es desmesurado” y que el enfoque de sistemas de Sudáfrica, elegido para eludir en la UE aplicar el cold treatment, resulta “inaceptable”. “Una probabilidad alta de no presencia no es una ausencia. O hay presencia de individuos potencialmente transmisores o no la hay, y actualmente la normativa se refiere a ausencia total, no parcial. El tratamiento de frío bien ejecutado no deja lugar a interpretaciones, ni a probabilidades de riesgo: garantiza la ausencia de plaga, y por ello esta medida nos parece innegociable”, remarcó ante los eurodiputados. Aguado, por su parte, auguró que -si no se toman medidas ahora- “en tres años, considerando los espectaculares incrementos de la superficie plantada en Sudáfrica o Egipto, los daños sobre la citricultura española y europea, a causa de los abandonos de campos que ya están provocando, serán irreversibles”. Bellés, por último, recordó y agradeció los esfuerzos realizados en el pasado por los eurodiputados españoles para introducir, en el reglamento de la OCM única, el concepto de reciprocidad. “Aquella enmienda no salió adelante y ahora se está acelerando el proceso de destrucción de explotaciones citrícolas europeas, con el grave impacto económico, medioambiental, de merma de la capacidad de remoción de CO2 y paisajístico que ello supone”, destacó el representante en la interprofesional de Cooperativas Agroalimentarias.
Los miembros de Intercitrus aclararon que, lejos de lo expuesto por el lobby sudafricano en Bruselas, la aplicación del mencionado tratamiento de frío en tránsito es “perfectamente asumible, es un proceso estandarizado internacionalmente, que Sudáfrica ya aplica en sus exportaciones a otros grandes mercados”. Su coste, representaría menos de una tercera parte de los gastos que los exportadores españoles tienen que asumir actualmente para cumplir con lo que exigen los protocolos de países como los ya citados. “La reciprocidad –para enfermedades como la ‘Mancha negra’- debe implicar que la UE exija a los países que la sufren protocolos tan severos como los que nos aplican a nosotros las autoridades de esos grandes mercados para prevenir plagas mucho menos dañinas como, en nuestro caso, lo sería la Ceratitis capitata”, insistió Sanfeliu. “La EFSA ya ha acreditado el fracaso del ‘enfoque de sistemas’ que aplica Sudáfrica para sus exportaciones a la UE y ha evidenciado sus debilidades, por lo que no entenderíamos que la reacción de la Comisión se retrase mucho más: si, como argumenta Sudáfrica, aplicarlo pondría en peligro 140.000 empleos en aquel país, el no hacerlo supondría jugar a la ruleta rusa con nuestras plantaciones, con los 280.000 empleos y 450 empresas que, sólo en España, viven directamente de nuestros cítricos”, concluyó la presidenta de Intercitrus.